miércoles, 29 de febrero de 2012

Concerning talent


Everyone has seen several times in TV (nowadays YouTube) people with special and extraordinary abilities in a particular subject. They are simply brilliant and they stand out over the others. This type of people has the outstanding property of making something to look easy although it is actually difficult. No matters if it is science, sports, music or art, they motivate the others to follow their path and to want to be like them. 

Sir Richard Branson started with nothing when he was 16
Reaching a high level in any subject is only a matter of balance between talent, training, passion and experience.
Usually, someone with great talent requires less training and/or experience in order to reach the same level that someone else with less talent. Additionally, if a talented person with passion and will has a good training he/she will have what it takes to become one of the bests in his/her area. Probably some people have hidden talents that have not been discovered and they go on with their lives without knowing that they could be really great at something. Personally, I am sure that the best Formula 1 race driver is not in the Formula 1; probably he/she does not even know that he/she could be a race driver.

Nevertheless, I find necessary that everyone should know their limits in each subject and we have to know how to learn from those people who are more experienced than oneself. As an example, the physicists made a great step forward when they realized that their equations did not describe the real world but an approach to the reality. Similarly, sometimes we insist in the fact that all the people are equal and I fear that we are not. That is something that we should assume. As I said before we have to know our limits, what we can really do with our maximum effort in a certain subject, if you don’t know your limit probably you have not reached it yet. If you know where your limit is, then you could manage your effort or change your plan if you see that you can’t reach the desired level you wanted. 

In my opinion the passion is above the talent since this can be replaced, not fully, by the training, experience and dedication; however to reach the highest level successfully and become one of the bests the talent is a requirement. There are lots of people who reached success but don’t have any particular extraordinary talent, anyway they have a huge passion that leads them to learn and to train constantly. The world is full of people who did outstanding things that they had not even thought they could do.

Passion can be especially intense in young people who, due to their age, have enough time to train their abilities and make them grow to reach their ambitions. Having a goal is of vital importance even if it is unlikely to be reached at the beginning since this give us a reason to go on and keep improving if we have enough passion. Although we had not reached the goal we will be much nearer than if we had not set it. 

I would like to introduce you this girl. Her name is Taylor, a girl from the United States who was impressed by a violinist when she was a child and she has been training for years. Although she decided not to be a professional violinist and follow a safer path, she’s is clearly an example of passion. Just look her face when she plays.



From her personal blog (http://www.violintay.com/):
"I only hope that those of you who are truly passionate about something are able to experience, or are already experiencing, this kind of happiness through doing what you love."

She's so right.

martes, 14 de febrero de 2012

De vuelta de Thailandia


Uffff, perdón por el retraso pero he andado liado desde que llegué del viaje hace una semana y en los próximos días tendré cosas que contar respecto al objeto inicial de este blog.

Como os conté en anteriores entradas me fui de viaje a Thailandia a finales de enero y volví hace una semana. Conmigo y Ana vinieron también Jordi (instructor ACUC)  y Txell, auténticos promotores de éste viaje y responsables de que a día de hoy seamos submarinistas.

Todo viaje de este tipo tiene un plan y el nuestro era pasar el primer día en Patong en un hotel y al final del segundo día embarcar en el barco Giamani durante 6 días más para pasar finalmente un último día otra vez en Patong para desaturarnos de nitrógeno antes de volar de nuevo hacia casa.

Pues bien, nos encontramos el día 25 de enero en el aeropuerto de Barcelona dispuestos a empezar el viaje con 15 horas de vuelo por delante en un Barcelona-Singapur, carrera de obstáculos en el aeropuerto de Singapur para llegar a tiempo a nuestro vuelo de conexión y Singapur-Phuket. Todo fue según el plan y llegamos al aeropuerto de Phuket por ahí a las 7 u 8 de la mañana hora local donde nos esperaba el transfer al hotel contratado por la misma compañía del vida a bordo. En poco menos de una hora desde el aeropuerto llegamos a Patong y durante el trayecto tuvimos el primer contacto con el país y su tráfico, que todo sea dicho no es tan terrible. Aunque tienen una manera de conducir peculiar no es tan mala, hemos estado en lugares donde circulando por "carretera" uno temía por su vida constantemente y Thailandia no es uno de ellos.


Llegados al hotel es hora de guardar las maletas e ir todos juntos a dar una vuelta por Patong para tener un contacto a nuestro aire con este lugar y ya de paso para comer algo ya que en el hotel solo tenemos desayuno. La primera sensación es que se trata de una especie de Playa de Aro a la Thailandesa ya que la mayoría de negocios pequeños están claramente orientados al turista. Nada que nos sorprendiera pues ya nos habíamos informado de lo que nos íbamos a encontrar antes de ir mediante gente que había estado viviendo por ahí. Sabíamos que Patong es un lugar de fiesta y desmadre por su zona centro de noche y sólo con ir durante el día a BangaRoad, la principal calle de fiesta, uno ya se da cuenta de lo que debe pasar por la noche aunque hasta el último día no fuimos de noche y vimos lo que había.

Calle de Patong
Para lo que no estábamos preparados era el acoso al turista que practican los "comerciales" de esos negocios. Restaurantes, salones de masaje y ""masaje"", taxis, tuk-tuks y souvenirs; todos se te echan encima como leopardo sobre gacela en cuando te ven, aunque sea desde la otra acera de la calle vienen sobre ti insistiendo y no paran. Es curioso, en Thai no hay una palabra para decir "no" si no muchas expresiones que se utilizan dependiendo del contexto, sin embargo sí que hay una sola palabra para decir "sí"; lo que me dio que pensar que debe ser una cultura optimista, ¿no?. Por cierto, que por la noche los masajes se convierten en ... bueno, ni os lo imagináis.

Finalmente llegó el momento de que nos recogieran para ir al barco así que fuimos al hotel, y con las maletas preparadas con nuestros equipos de buceo dentro recibimos al mismo transfer que nos recogió en el aeropuerto el día antes. En una hora estuvimos en Chalong, un pueblo mucho más tranquilo en la costa Este de la península de Phuket, de dónde partía el Giamani.

Giamani, se puede ver la cubierta de buceo y la zona común
Lo primero al subir a bordo fue dejar las maletas en la plataforma de buceo y subir a la zona comuna para recibir la bienvenida por parte de Simon, guía jefe del Giamani, y darnos el briefing inicial de las normas del barco para el día a día. En resumen, nos contó las partes de las que se componía el barco, zonas en las que uno no se puede pasear sin estar seco, horas de las comidas, el precio de los extras, cómo funcionan los lavabos, cómo nos tiramos al agua y como nos rescatan después de una inmersión así como que quien entrara en descompresión no podría hacer la próxima inmersión (a no ser que fuera la última del día), quien bebiera algo de alcohol no podría hacer la siguiente inmersión o que quién tocara a un animal tipo manta, tiburón ballena o similar se le prohibiría bucear. Ahí conocimos a Ricardo, el que sería el guía que se dedicaría en exclusiva a nosotros cuatro bajo el agua durante esos seis días. Al final del briefing nos asignaron los camarotes y a continuación volvimos a la plataforma de buceo para sacar los equipos de las maletas y dejarlos montados en lo que serían nuestros sitios en los bancos para los días restantes.

Realmente la primera impresión fue bastante buena. El barco parecía estar en buen estado de mantenimiento, habían contratado un guía que hablaba español sólo para nosotros cuatro y parecía que eran bastante rigurosos en términos de seguridad y trato a la vida marina.

El vida a bordo estaba planeado en dos tramos. En el primer tramo iríamos al sureste de la península a Hin Muang, Hin Daeng, Shark Point e islas Phi Phi. En el segundo tramo iríamos a las islas Similan y Surin y más al norte a Richelieu Rock así como a un par de pecios. En total 21 inmersiones en 6 días haciendo 4 inmersiones al día durante 4 días y las restantes 5 repartidas en los otros dos días, esto es un ritmo que nos llevaría a estar saturados de gas en nuestros tejidos aunque hay que reconocer la buena planificación de las inmersiones e intervalos de superficie que llevaba Simon para evitar la entrada en deco.

Sinceramente tenía un poco de canguele por el tema del mareo, sin embargo, y aunque el barco se movía muchísimo, no me mareé en todo el viaje pero pronto me di cuenta de que tenia otro enemigo de noche y fue el ruido. Simplemente la primera noche no pude dormir por el ruido de los motores y generadores del barco, bueno de hecho no pude dormir demasiado bien ninguna noche hasta que ideé unos tapones para los oídos personalizados hechos a base de papel higiénico con la forma del molde de mis conductos auditivos.

Hora del briefing!
Así que el primer día nos despertaron a las 06:30 , toc toc toc .... "good morning!!" y ala para arriba a tomarnos algo, briefing de la inmersión de Hin Muang y a equiparnos. Hacía más de 3 meses que no buceaba ya que en el Mediterraneo el agua está fría como el culo de un esquimal por estas épocas y temía sentirme patoso al principio, y así fue. De la primera inmersión no salí muy contento, no por lo que vimos, si no por mi técnica, me sentía oxidado pero aquí se acabó, en las siguientes la cosa cambió y ya me acordé de como se hacia esto xxDDD. Sin problemas hicimos Hin Daeng y ya tuvimos contacto con la fauna de por aquí y que no habíamos visto nunca: peces payaso, anémonas, sea fans, peces cirujano, peces loro, peces globo, titanes, meros, peces león, morenas enormes, gambas, ... . Aunque como buceador no soy un fan de la vida marina (me van más las formaciones de roca, cavidades, pecios,...) hay que admitir que era muy interesante y variado.

¿Que tenemos hoy?

Después de cada inmersión tocaba comer algo, ya fuera un desayuno contundente, la comida, merienda o cena. Siempre había arroz y comida picante Thai, como no; así como fruta local. A todas horas disponíamos de agua, café, refrescos y zumos que estaban incluidos en el precio y también de algunos extras de pago como bebidas isotónicas y alcohólicas.

La tercera inmersión fue la chimenea (The Chimney/Ko Haa Neua), muy impresionante por el túnel vertical en forma de Y. Sin embargo la inmersión que más me gustó de ese primer tramo fue La Catedral (The Cathedral/Ko Haa Yai) que consta de dos enormes perforaciones en la roca con gigantescas entradas que forman dos cavidades comunicadas entre sí y una de ellas sigue roca adentro por un pasillo estrecho hacia un sistema de galerías al que no entramos, pero dentro de la cavidad nos encontramos con una bestia de pez que aun no se qué era que nos miraba atentos en la oscuridad.

La salida de la chimenea.


Dentro de la catedral
El segundo día tocaban 3 inmersiones y vuelta a puerto para subir a tres nuevos buzos y bajar a un par. Eran  Koh Bida Nok, Shark Point (en el que no hay tiburones) y Koh Dok Mai. En todas ellas nos encontramos la vida habitual en esta zona que ya habíamos visto en el día anterior. Lo más destacable fueron algunos atunes a la caza de presas, las formaciones de coral duro y blando, un escuadrón de 7 peces león en formación, los prados de anémonas con sus peces payaso y las morenas enanas. También vimos un pez pipa fantasma ornamentado que cuesta de identificar ya que parece una ramita y casi no se mueve.

Más vale que no lo toques
Espectaculares formaciones
Pez pipa ornamentado
En este momento ya notaba que mi habilidad bajo el agua había mejorado mucho desde el día anterior y ya había practicado varios ejercicios con el equipo en algunos ratos que no había nada interesante que ver. El consumo del grupo se había reducido hasta el punto que nos sobraba aire en todas las inmersiones y Ana podría haber bajado con una botella de Font Vella hinchada a pulmón ya que salia a 100 bares después de 60 minutos de inmersión.

Después de las inmersiones a comer, navegación y llegada a Chalong donde fuimos junto a Ricardo a la búsqueda de un bar con WiFi para conectar con el mundo y dar señales de vida. Después de una Shinga (cerveza Thai recomendada por Ricardo y que me dejó grogui) volvimos al muelle para embarcar de nuevo en el Giamani y empezar la segunda etapa de 4 días por la zona de las Similan y más al Norte. Hay que decir que teníamos muchas ganas de ir a esa zona ya que se supone que es el mejor buceo de Thailandia y de momento ya estábamos impresionados con los días anteriores.

De esta forma partimos del puerto de Chalong por la noche y después de navegar hasta la madrugada llegamos al parque natural de las islas Similan. Primera inmersión del día Anita's Reef. Se trata de un fondo de arena a poca profundidad en el que nos encontramos de vez en cuando una formación de rocas llenas de vida. Pudimos ver prados de anguilas de arena, formaciones espectaculares de anémonas y la madre de todas las morenas.

Espectacular
Mejor no enfadarla que te puede arrancar la mano.
También me encontré con esta especie, algunos dicen que no le hace falta respirar.
Sin embargo el encuentro más espectacular de esta inmersión fue con una cobra de mar, inesperado totalmente y al principio me acerqué mucho para captarla con la cámara pero se movía rápido y no pude hacer una foto decente. Después en el barco descubrí que es uno de los bichos más venenosos que hay y si le cierras el paso en su trayectoria se cabrea.

¿Os escondeis de alguien?
A continuación hicimos las inmersiones de West of Eden y Elephant Headrock. En West of Eden no vimos nada fuera de lo habitual, pero en Elephant Headrock, a pesar de no ver vida fuera de lo normal, pudimos atravesar un laberinto de pequeños túneles en granito que hizo de esta una de las inmersiones que más me gustaron. Entre las grietas pudimos ver gambas varias y otra vida pequeña. En esta inmersión tener un buen control de la flotabilidad es muy importante ya que si no te vas a conocer los techos, paredes y suelos de los túneles la mar de bien. Además hay que ir con cuidado de no levantar sedimento en ciertas zonas y para ello se requiere técnica y suavidad en el aleteo o la visibilidad puede volverse muy reducida en muy poco tiempo, y no queremos eso.

En una salida ancha de un túnel en Elephant headrock
Después de la inmersión y ya descansados la tripulación bajó la neumática al agua y nos embarcamos para ir a una playa cercana en medio de la nada. Sin embargo era un poco evidente que no éramos los primeros en desembarcar ahí ya que nos encontramos con mucha mucha basura y cristales rotos en la arena ...  :_( . Después de pasear un rato por la arena blanca procurando no hacernos una cirugía improvisada con los cristales que estaban tirados por ahí volvimos al Giamani para navegar hasta el último punto de inmersión del día en Beacon Reef, en la que sería nuestra primera inmersión nocturna en la zona.

Las inmersiones nocturnas son un poco especiales ya que puedes ver peces durmiendo y especies que solo salen o se mueven por la noche. El ambiente cambia y el hecho de estar sumido en la oscuridad requiere algo de cambio en la técnica y ser cuidadoso con ciertas cosas como por ejemplo tener el equipo preparado adecuadamente (focos en buen estado y cargados) y ser más riguroso en el sistema de compañeros ya que la visibilidad suele ser reducida y es más fácil desorientarse sin referencias visuales. Para mi las nocturnas, a pesar de estar aún más atento en todo, las encuentro muy relajantes.

Durante el briefing de la nocturna nos dijeron que por ahí había un pecio, un antiguo vida a bordo como en el que íbamos había naufragado hacia un tiempo por una vía de agua. Con ese objetivo y acostumbrados a las buenas inmersiones saltamos al agua y empezamos la inmersión. El panorama que nos encontramos era dantesco, no habíamos visto nada igual hasta entonces. Al principio veíamos piedra inerte en el fondo, sin vida, sin nada. Algún pez loro durmiendo en un agujero de coral muerto, impasible a nuestros focos en la oscuridad. No había vegetación de ningún tipo, algunos ojos verdes asomaban en las grietas en la penumbra cuando nos dimos cuenta que estábamos en un cementerio sobrevolando a dos palmos del fondo una jungla de coral muerto convertido en piedra. Ricardo estaba buscando el pecio y nos fuimos encontrando por aquí un cabo, una botella de vino, una pequeña red y al final un rastro de arrastre en el fondo que desaparecía en un corte que caía hasta los 40 metros. Suponemos que el pecio se ha deslizado por ahí, es hora de acabar la inmersión a 120 bares después de 42 minutos de cosas muy raras.

Al día siguiente teníamos un plan de 4 nuevas inmersiones otra vez y la primera era North Point. Nos levantan, desayuno, briefing y al agua. Nos encontramos un desierto de coral muerto otra vez, solo que ahora con luz de día, sin embargo esta vez de vez en cuando vemos rastros de un resurgir lento, anémonas con peces payaso, peces globo varios y cirujanos, pero nada espectacular. Salimos de la inmersión algo decepcionados y preguntándonos si ya todo iba a ser así.

¡¡Nemo!! ¡¡estabas aquí!!
Siguiente inmersión y segunda del día: Koh Bon. En esta zona hay una montaña submarina y a  unos pocos centenares de metros un arrecife. En esta inmersión haríamos el pináculo. Empezamos la inmersión y nos encontramos con la primera corriente seria en este viaje. En el fondo había una corriente considerable que nos hacía gastar fuerzas luchando contra ella, la respiración no sonaba igual y me puse a medio palmo del fondo para entrar en la capa límite y reducir la resistencia, nada, no servia de nada, necesitaba un cambio de estrategia así que tocaba trepar con las manos hasta encontrar refugio detrás del pináculo. La cosa mejoraba bastante así y a los 5 minutos de inmersión miro el manómetro ya que me esperaba haber tenido un consumo considerable: ¡¡¡¡150 bar!!!!! ¿pero qué? Pregunto a los demás y todos estamos igual, el guía decide que mejor ir al arrecife ya que aquí hay poco que ver y nos estamos dejando las piernas así que toca navegar con brújula. Al poco el fondo se va alejando hasta que nos quedamos a dos aguas en medio del azul sin referencias visuales en ninguna dirección, sólo azul. Seguimos al guía en medio de ninguna parte controlando la profundidad con los ordenadores y después de 15 minutos llegamos al arrecife, volvemos a ver el fondo pero aquí no hay nada que ver. Decidimos acabar la inmersión a 50 bar justitos. Que inmersión más rara.

El señor pulpo
Después de las tres últimas inmersiones, ya sin esperanzas de que la cosa fuera a mejorar demasiado hicimos el briefing de la tercera del día, a equiparnos y al agua. Sólo bajar la cosa ya era muy diferente, la vida había vuelto y la corriente era ligera . Nos encontramos morenas, peces trompeta, coral, estrellas, cirujanos, anémonas, ... menos mal. De pronto Ricardo nos señala algo, unos cuantos peces están rodeando alguna cosa, me acerco y es un pulpo. Pero un pulpo PULPO, que tenía algo de comida entre sus tentáculos y se estaba cabreando por momentos con los peces, sólo faltábamos nosotros con las fotos. Me acerco con la cámara muy cerca de él y justo cuando acabo de grabarlo me empieza a lanzar destellos blancos, mensaje captado, hora de irse. Cuando le dejamos aparece en escena otro pulpo igual de grande dirigiéndose hacia el primero, presumiblemente una pulpa. Vaya escena, esta inmersión ha cambiado las expectativas y ha merecido la pena, pero aún tenemos más de 100 bares todos y hasta los 60 minutos (tiempo límite de inmersión) aún queda. Seguimos adelante y después de un rato vemos a Txell volverse loca con la maraca junto con el guía empiezan a aletear a lo bestia pero nosotros no vemos nada raro por ahí. Les seguimos para no perderles y aparece una sombra azul oscuro gigantesca, de unos 5 metros en forma de rombo. Oh la leche, ......  ¿que narices? ¡¡Es una manta!! ¡¡Todos al fondo!! Deshinchamos jackets con las válvulas de vaciado rápido y caemos al fondo como un comando de fuerzas especiales. Se trata de no asustar a la manta y aprovechar que le gustan las burbujas para que se acerque y se quede dando vueltas por encima. Y entonces apareció,.... sí, ese .... el que lo tiene que fastidiar, un guía de otro barco con su grupo nadaron hacia la manta a su nivel y la manta se fue. A parte de decirle de todo con señas y él no entender qué nos pasaba, estuvimos considerando usar nuestros cuchillos a ver si de paso aparecían tiburones. Aquí se acabó nuestra inmersión.

La última inmersión del día la íbamos a hacer en el ocaso en Koh Tachai Pinnacle. Éramos tres barcos y los de los otros barcos saltaron antes. Nosotros nos lo estábamos mirando y veíamos como la corriente era tan fuerte que al saltar no podían ni agarrar la boya y casi se iban debajo de su barco. La tripulación del Giamani decidió orientar el barco al revés y disponer un cabo de corriente para que no nos ocurriera lo mismo. Llegados a la boya en la proa del barco bajamos y en el fondo la situación era más manejable, agarrándonos a los salientes nos podíamos mantener sin implosionar la botella y a la sotacorriente de las paredes podíamos nadar tranquilos. Había nubes de pez macro por todas partes y no tardaron a llegar los atunes y otros carángidos grandes para cazar en lo que se convirtió en un espectáculo. Al final nos quedamos solos casi sin luz ya. Al subir por el cabo estuvimos haciendo la bandera durante la parada de seguridad salvo Jordi, que decidió que como no cabíamos todos en esa posición a 5 metros iba a adoptar una postura distinta.

¡Hora de cenar!
¿Especialidad PADI? Ride the line!
Día 5 de inmersiones, por la mañana repetimos en Koh Tachai Pinnacle con idénticos resultados y luego empezamos la navegación hacia Richelieu Rock, probablemente el punto de buceo más famoso de Thailandia.

El ordenador de buceo ya no sabía cómo decirnos que no nos metiéramos más en el agua o acabaríamos como la gaseosa así que viendo el perfil de las dos próximas inmersiones nos decidimos a planificarlas con EAN Nitrox 32 para no cargarnos tanto, que para algo estamos certificados. Esto quiere decir que íbamos a sustituir la mezcla de gases que respiramos de nuestras botellas por aire enriquecido con oxígeno, concretamente con un 32% de oxígeno en lugar del 21% habitual. Aunque esto tiene sus ventajas también tiene inconvenientes ya que a partir de una presión parcial superior a 1.8 o 2.0 el oxígeno se vuelve tóxico para el organismo y además esa toxicidad se va acumulando. Como referencia nosotros usamos una ppO2 de 1.3 o 1.4 para dejar un margen de seguridad lo que significa que con esta mezcla no debemos superar una profundidad máxima de 32 metros, pero eso no es problema en esta inmersión ya que el fondo está a 28 y a no ser que nos pongamos a excavar no vamos a llegar más abajo.

Llegamos a Richelieu Rock, analizamos el gas y programamos los ordenadores, empezamos inmersión. Richelieu Rock se compone de una roca muy grande en forma de herradura llena de vida y con posibilidades de ver el tiburón ballena. Ahí vimos todo lo que ya habíamos visto pero en más abundancia. Además tuvimos el primer encuentro con un banco de calamares, con una sepia enorme y con un caballito de mar, el primero que vemos.

¿Unos chocos?
Nuestro primer caballito
Ufff...
Hoy sólo hacemos tres inmersiones y la tercera vuelve a ser Richelieu Rock.

Bueno, esto ya se acaba. Hoy sólo haremos dos inmersiones en dos pecios. El tema es que la primera es a más de 30 metros y conviene planificar la inmersión, límites que vamos a asumir, deco máxima, cantidad de gas con el que nos vamos al cabo, etc. Simon sabe que es inevitable entrar en deco en esta inmersión con lo cargados que vamos así que nos da permiso para hacer una deco de 5 minutos máximo. El primer pecio era un carguero que transportaba Madera desde Birmania hacia Vietnam y naufragó en un temporal hace poco más de dos años y había quedado sobre el fondo tumbado sobre su costado de estribor. Acordamos que según como estuviera la visibilidad entraríamos en las bodegas donde estaban los troncos y también en el puente de mando con la salida siempre a la vista.
Empezamos la inmersión, bajamos por el cabo y nos encontramos con la enorme quilla del barco girado 90º. vamos por el costado de babor sobre la cubierta y vemos las entradas de las bodegas con los troncos enormes dentro y desparramados por parte de la cubierta. Entramos en las bodegas y luego nos dirigimos al puente de mando al que entramos por una de sus ventanas y salimos por la puerta. Para acabar vemos la hélice desde unos 5 metros por encima, ya nos ha saltado la deco y mejor no bajar más, es hora de volver al cabo recorriendo el barco hacia su proa. Llegamos al cabo con un tiempo de deco de 4 minutos y finalizamos sin problemas.

Cubierta
Puente de mando al fondo
El segundo pecio fue mucho más extraño. Estaba partido a trozos raros y había una visibilidad muy mala de apenas 2 metros. Además uno estaba constantemente dentro de nubes de peces y había muchísimos peces león con los que había que ir con cuidado.

Salimos de la inmersión número 21 contentos pero con ganas de más, sin embargo es hora de navegar a puerto con lo que queda de día y descansar. La tripulación nos desmonta los equipos y los endulzan con antibacteriano, realmente los tratan muy bien.

Ricardo, Ana, Yo, Jordi y Txell.
Ya toca despedirse del barco y volvemos a Patong a pasar el día previo al vuelo de vuelta habiendo conocido un país más.